Se trata de una estrategia distinta a calcular exclusivamente lo que obtendrían por algo tan difícil de cuantificar como el valor de la marca o la fidelidad del consumidor. De hecho, es más que sabido que las plataformas audiovisuales suelen perder dinero con sus contratos televisivos. Hay quien se pregunta si la fastuosa cantidad de dinero que las firmas comerciales gastan en los clubes se acaba recuperando.