Independiente comenzó ganando la final de ida con un gol tardío de Raúl Bernao, y en la vuelta cayó 3-1. Se jugó el partido de desempate en el Estadio Nacional de Chile donde Independiente goleó por 4-1; goles de Bernao, Roque Avallay, Osvaldo Mura y un gol en contra, obteniendo su segunda Copa Libertadores. Por segunda vez en el Estadio Giuseppe Meazza, el «Nerazzuri» goleó a Independiente por 3-0 ante 75.000 espectadores, poniéndose en ventaja a los 3 minutos de empezado el partido.